ES... COMO MATAR UN RUISEÑOR...!
ES…. COMO
MATAR UN RUISEÑOR…!
En una aldea de California, hay un conjunto de buenas familias que conviven
desde hace muchos años. Entre esas
familias se cuenta por su presencia, la familia Collins, de varios años de
casados, tenían un solo hijo, era un
joven tímido, denominado por su mala
presencia y su carácter casi esquizofrénico como un malhechor y hacía malos tratos a los niños y jóvenes. Su
nombre, Robert Collins, considerado como
tarado mental, nunca asistió a ninguna escuela y en verdad su presencia daba
miedo aún a los adultos, en la aldea era conocido por esas malas cualidades.
Vagaba constantemente en los bosques cercanos, márgenes de riachuelos y siempre
mataba a cualquier animal que se encontrara en su paso.
La otra familia, los Simpson, eran una pareja matrimonial relativamente
jóvenes, tenían una sola hija: Abel, de 10 años, su aspecto era muy bello,
tenía los ojos azules que contrastaban armoniosamente con una cara angelical y
rizos de oro.
Hubo un día fatal para los Simpson, su bella hija salió a pasear una
hermosa mañana de verano, soleada, calurosa
y se internó en el bosque hasta llegar a las orillas de un pequeño
riachuelo que corría suavemente, apenas rompía el pequeño silencio de la
naturaleza.
La aldea, principalmente los padres de Abel, llamaron a la policía por
el retardo del regreso de su hija;
pidieron una investigación sobre la posible pérdida.
En la aldea, los vecinos se agruparon, hasta llegar a aseverar que la
pequeña y hermosa niña Abel podría haber sido maltratada y asesinada por Robert
Collins, al cual denominaban y creían
que era propenso a cometer un asesinato.
Los sacerdotes católicos,
presentes en el centro de la reunión aldeana, dan confirmación de que
Satanás puede dar muerte a la niña, decían: hay que tener fe, que Abel volverá
sana y salva. Un vecino pregunta al presbítero, padre, dígame que es tener fe;
hijo, es la posición optimista cristiana, el gran poder de Dios que debemos
entender por poderoso culto omnipresente.
Entonces padre, dejamos la búsqueda porque la fe nos devolverá a la
niñita. El sacerdote respondió, si no tienes fe en tu religión puedes ser ateo;
no padre, no soy ateo, pero la fe no rescatara a la joven.
Pero en el bosque se desarrolla una especial reunión, cuando Robert
encuentra a Abel perdida en el bosque grandioso. Robert le pregunta a la niña
por su nombre, ella contesta, Abel. Robert muy tranquilo, por favor no me tengáis
temor, no te haré nada sino devolverte
Tu casa, donde estarán muy angustiados. Abel, pregunta a Robert, tú no
estudias, no porque el Dios de los católicos no medio esa facultad, mi vida es
venir al bosque diariamente a conversar y oír los pájaros como el ruiseñor,
azulejos y todos los que cantan con libertad sin ser encerrados en una jaula.
La niña se acerca más hacia Robert, le da la mano confiadamente y le dice,
puedo ayudarte en algo, se cómo enseñarte a leer, escribir y tratar de quitarte
ese aspecto para que tus vecinos observen a un guardián de la naturaleza.
Robert le da su cantimplora con agua, bebe y come estas galletas que hace mi
madre para mí; nadie se ha preocupado por mí, sólo tú me has ofrecido ayuda sin
miedo, me quieres enseñar a vivir, y te agradezco tu bondadoso ofrecimiento, te
enseñaré la belleza de estos bosques y oír con agrado el trino de los pájaros,
el de mi preferencia, por su bello canto te repito es el Ruiseñor, pero las otras
aves también son merecedoras de mi aprecio. Los riachuelos corren mansamente y
te dan agua para calmar tu sed y vives momentos felices adorando la creación
del universo por parte del Dios de todos los cielos.
Es necesario irnos, para caminar dentro de esta maleza y saber orientarse
para llegar a nuestro destino felices y contentos e iniciar nuestra
amistad. Ya en la aldea se habían constituidos grupos armados para buscar a
Abel y castigar severamente a su victimario.
Después de caminar por espacio de una hora, llegan a las estribaciones
de la aldea, es visualizada la llegada por el padre de Abel con un rifle en
ristre para disparar contra Robert quien viene de la mano con Abel; ésta corre
desesperada y abraza a su padre, no lo
dispares papá, el me ayudo cordialmente a regresar porque estaba
perdida, me enseñó el trino de los
pájaros, el viento que mueve a los árboles y el silencio de un riachuelo que
calma la sed. Si disparas es como matar a un ruiseñor…!
Julián Viso.
Email: julivisorodriguez@gmal.com
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