AVENTURAS Y DESVENTURAS DE JULIO SUAZO.
El amor: el amor es un sentimiento humano e involuntario. Los escritores señalan cuatro amores diferentes: el amor pasión, el amor placer, el amor físico y el amor vanidad; es casi imposible detener el amor sino en sus comienzos; el amor nos emociona. Llama la atención el amor físico cuando nos encontramos con una guapota y fresca aldeana, quizás es el amor fundado sobre el placer, por él se principia a los diecisiete años.
El amor vanidad, es el hombre que desea y tiene a una mujer a la moda. A veces en el amor de vanidad la costumbre o la desesperación de encontrar algo mejor produce una especie de amistad. El amor es experimentar un placer viéndolo, tocándolo, sintiendo con todos los sentidos; el amor agrada al principio por lo divertido, porque hombre y mujer tienen poderosamente la necesidad de amar. El amor es como la fiebre; nace y muere sin que la voluntad tenga en ello la menor parte, es más, el amor pertenece a todas las edades. Pero por qué sentimos sentimientos, nadie puede probar cuando quieren. En el amor no se goza más que según lo que cada cual se ilusiona. La diferencia del nacimiento del amor en los dos sexos, debe prevenir de la naturaleza de la esperanza, el uno ataca y la otra se defiende,el uno pide y la otra niega.
Un indicio asombroso de que la cabeza se pierde es que, al pensar en algún pequeño hecho, difícil de observar, lo ves blanco y lo interpretas a favor de nuestro amor. En medio de la pasión se encanutaran momentos entre como un manantial de agua dulce en mitad del mar. Uno de los orígenes cósmicos en las aventuras de amor son los falsos amores fulminantes.
La imaginación de ensueños deliciosos, donde cada paso pero dulce es traída de nuevo a la realidad. El fluido nervioso se gasta en los hombres por el cerebro y en las mujeres por el corazón, pero esta causa ellas son más sensibles. El amor es el amor es el milagro de la civilización, en los pueblos sin estudios o demasiado bárbaros solo se halla un amor físico y de los más groseros.
Las miradas son la gran arma de la coquetería virtuosa, se puede decir todo con una mirada.
La mayor dicha que puede causar el amor, es el primer apretón de manos de la mujer amada. Todo el arte de amar se reduce exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiere.
Las mujeres no querían celos sino de aquellos por quienes ellas producían sentirles. Los celos quieren la muerte del objeto temido; si hay es tan difícil olvidar a una mujer junto a la cual se ha encontrado la diana , consiste en que hay cientos de instantes que la imaginación no puede con sanar de representar y embellecer. En el amor no puede haber ingratitud, el placer paga siempre, con creces los sacrificios mejores en apariencia. El placer del amor es amar, que son lo que inspiramos. Una mujer prudente jamás se entrega la primera vez por una cita.
A continuación relato una crónica, histórica y anecdótica de mis aventuras y desventuras en el amor. Mi nombre es Julio Suazo, un joven nativo de Calabozo, Estado Guárico, criado por una familia ordenada y clásica llanera. Por diferentes causas la familia Suazo tuvo que residenciarse en la ciudad de Los Teques, Estado Miranda; la causa, los hijos mayores del matrimonio terminaron la escuela primaria y en Calabozo para esa época no habían Liceos para continuar los estudios secundarios. Nos radicamos en Los Teques, y los jóvenes mayores son inscritos en un famoso Liceo, El San José, -internado- dirigido por el Presbítero Padre Ojeda; cura educador de gran actuación por años en el colegio San José, que así se llama aún ese Instituto Educativo.
Yo y mis hermanos menores asistimos a una escuela primaria, denominada "José de Jesús Arocha", en segundo grado para mi, Desde que nací y durante mi juventud me distinguí como muy buen estudiante, muy callado y me molestaban las bromas de los demás condiscípulos. Gané un premio por una llamada composición a la madre, promovida por el Monseñor de la Iglesia el premio consistió en un Catecismo. Mi padre, educador, es designado Inspector General de Educación del Estado Carabobo y nuestra familia se muda a la capital carabobeña, Valencia, donde curso estudios hasta el 5to. grado en la escuela "Arturo Michelena", causó gran aprecio de mis maestros por ser un estudiante de alta calidad.
Los hermanos mayores, terminan sus estudios de secundaria e ingresan en la Facultad de Ingeniería Agrónomica en la Universidad Central de Venezuela; cuya ubicación para ese tiempo, junto con la Facultad de Veterinaria, están situados en los terrenos que ahora ocupa la Escuela Militar y la gran avenida sólo para desfiles militares cada 5 de julio.
Nos residenciamos en una parroquia foránea de Caracas, llamada El Valle, muy sencilla la población, tranquila y la parroquia tenía una calle principal, denominada Calle Real; quizás por reminiscencias de la época Colonial; por la parte de atrás de esta calle nació una nueva calle que fue denominada Calle atrás de El Valle. donde mis padres alquilaron una casa para nuestra residencia, una gran casa de 70 metros de largo, varias habitaciones y patios internos.
Hasta este momento era un muchacho de 14 a 15 años, terminando el sexto grado de primaria. En una visita a señoras amigas de mi madre, conocí a una jovencita de aproximados 15 años, muy educada, reservada, llamada Solita Espinoza y tuve larga conversación con ellas de tonterías juveniles. la chica me permitió visitarla todas las noches, pero sólo en la ventana de su casa que daba a la calle, amores a lo antiguo, verdaderamente platónicos, vivía en la calle real muy cerca de mi casa. Eran los que llaman los Psicólogos un verdadero amor platónico.
En El Valle existían dos escuelas, una para hembras: "Elías Toro" para varones la Escuela "Padre Mendoza", en memoria de un gran educador de la Colonia que fundó dicha escuela.. Las visitas para mirar y hablar con Solita se mantenían diariamente. En unas fiestas de Carnaval, algún Director inventó una fiesta de carnaval en nuestra escuela con música bailable, Yo, Julio, pensaba que era una gran oportunidad para tomar las manos de mi enamorada y llegué temprano. Cuando la fiesta empezaba a tomar calor, entre Solita, Oh, Oh, Sr, venía acompañada y de manos agarradas con un joven desconocido para mi.
Por primera vez sentí los dolores del corazón de infarto; no me saludó y yo no hice cómicas, ni gritos, mi manera de ser es que cuando te salgan mal las cosas, tranquiliza tu espíritu, pasa la página y fuera los sentimientos negativos. No puedes obligar a una mujer de cualquier edad que te quiera; el amor es mutuo.
Tranquilamente me fui de la fiesta , asombrado de la actitud de Solita y... se acabó!; hasta la fecha de escribir esta anécdota, no sé que se hizo, yo no me devuelvo, si no me quiere tampoco yo daré mi amor. Sin embargo, la infidelidad de Solita Espinoza me enseñó no confiar ciegamente en las mujeres y debía poner más atención a los cambios de carácter, de actitudes, voces alteradas . La mujer es bella como una rosa roja, blanca, amarilla, pero tiene espinas que rasgan el alma y el corazón del pretendiente.
Al terminar la primaria me inscribí en 1945, en el famoso Liceo "Andrés Bello", su edificio era exclusivamente para la enseñanza secundaria y encontré magníficos profesores. .
Cursando el cuarto año de Bachillerato con tarima en una fiesta de carnaval, propuesta por el Centro de Estudiantes, y un pequeño grupo musical, el presentador fue el después gran Renny Ottolina,, donde se dio a conocer por sus magnos dotes de locutor.
Yo estudiaba con una muchacha francesa, de baja estatura, y muy simpática, bailamos toda la tarde pero a mi no me gustó la chica y no insistí luego para hacernos novios. Compañeros de clase del Liceo, me invitaron una fiesta de cumpleaños de los padres de uno de ellos. Asistí y el ambiente juvenil era maravilloso. Me presentan a una joven, de baja estatura, rubia, de ojos azules y la acompañaba una simpatía especial, y gran cordialidad; su nombre, Olga Bastidas, estudiante de 5to. año en el Instituto Escuela de La Florida. - donde hoy está ubicada la Clínica La Florida - bailamos estupendamente y ambos, por las miradas que dicen más que la voz, supimos que nos atraíamos.
Nos hicimos novios oficiales, asistí a su casa a conocer su familia, eran 7 hermanas y un hermano, de padre belga y madre de Cumaná. me invitaron para la cena de navidad. Fuimos novios en todo el sentido de la palabra., y nuestro trato fue educado y de cordialidad.
En 1950, muere mi padre y me inscribí en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. El gobierno dictatorial de Marcos Pérez Jiménez cierra por dos años la universidad. Pierdo un año de estudios. Para evitar perder más años de estudios, junto con muchos compañeros fuimos a inscribirnos en la Universidad de los Andes. (U.L.A.).eso me alejó de Olga, desde que existe el mundo siempre hay informantes o chismosos, me llegaron a Mérida, noticias de que la Sta, Olga, salía o tenia nuevos amores. Desde Mérida y por carta, terminé el noviazgo con ella.
La vida verdaderamente, da vueltas, como la Tierra alrededor del Sol. Médico, y casado, con dos hijos, trabajando en la Universidad y en una clínica privada; un amigo por urgencia inmediata me pide un préstamo de dinero por 10 000 bolívares.. Fuí al Banco de Venezuela, situado en Prados del este, lo que es hoy el Centro Comercial, Las Galerías, extendí mi cheque por la cantidad indicada y en esa época había que conformar el cheque emitido a la central del banco, todo por vía telefónica. Me retiro a un lado con muchas personas a la espera de las conformaciones; cuando se acerca una señora, mostraba en su cara los signos del tiempo, mal vestida y despeinada, y directamente me pregunta; tú no eres Julio Suazo, le respondí afirmativamente, me dijo: yo soy Olga, se había casado y por mala fortuna en una carretera del interior, tuvo un grave accidente automovilístico donde murió su esposo. y ahora soy una viuda.
Hicimos unas cuantas citas, pero no funcionó, la Olga de antaño se había convertido en una vieja, yo estaba casado y trabajaba constantemente. Un tarde se presenta en la Clínica y me invita a visitar a su hermana Violeta, yo la conocía de pequeña ahora era una mujer divorciada, tenía dos hijas, ejercía como Economista y posee una gran inteligencia y don de mando. Violeta era delgada, de ojos verdes, como el trigo verde, verde limón; pelo lacio entre amarillento y canoso. Muy amable como anfitriona, comprendí por experiencia en la vida que Violeta y yo congeniamos.
Mi esposa estaba en Miami, me encuentro solo con mis tres hijos; una noche a las 9 p.m. recibo una llamada femenina, era Violeta invitándome para almorzar, me dijo: ya tengo el vestido escogido para ese momento. Esa misma noche, fui a su residencia , sus hijas estaban en Margarita pasando vacaciones escolares con su padre, un italiano nacido en Venezuela que administraba un restaurante en la isla.
Esa noche, a solas, comenzamos con caricias manuales, que luego pasaron a abrazos y besos largos y profundos, pregunté? en esta casa no hay cama, me haló por el brazo y entramos a su habitación donde se hizo más notable que deseaba un amor físico, y durante dos horas disfrutamos sexualmente. Ella era en la cama sensacional, reina de todas las poses, Afrodita hecha mujer, insaciable sexualmente.
Nos hicimos pareja fija, casado ya tenía la idea del divorcio. No voy a explicar las causas de mi divorcio porque ella es la madre de mis hijos y por responsabilidad varonil no deseo ofender o crear emociones psicológicas. Me divorcie y cambié de casa. Alquilé un apartamento en la Avenida José María Vargas de Santa Fe Norte; por curiosidades de la vida al lado de un supermercado donde trabajaba Violeta.
Decidimos casarnos y así los hicimos, sus hijas al principio no me veían con buenos ojos, luego se acostumbraron y les fui útil de varias formas. Teníamos 10 años de casados y también mis hijos no me visitaron nunca, A la medida que el tiempo pone todo en su lugar noto actitudes disonantes, formas de hablar poco cariñoso y siento distanciamiento sexual. Una de sus hijas, la mayor, se gradúa de Economista en la Universidad Católica y se va a Wisconsing, ciudad de Madison, para realizar curso de postgrado. Fuimos a visitarla en una oportunidad y al regresar percibo el distanciamiento emocional y e sexual de manera concreta. A los dos años de estar la hija en Madison , desea visitarla, es una decisión personal de madre, pero no me invita para acompañarla. Llego una tarde del viernes, que to tenia por costumbre jugar al tenis en el Club Monteclaro, y al regresar la encuentro haciendo su maleta; le pregunto quien te va a llevar al aeropuerto y me responde un taxi; pero yo te puedo llevar, no tengo problemas, tengo tiempo y es mi responsabilidad llevarte; sale a la sala donde estaban su hija menor, estudiante de Odontología y su novio, y en un tono burlón le informa a la pareja: que bien Julio me llevará a Maiquetía.
El sábado, a las 7:00 a.m, nos fuimos rumbo al aeropuerto, puedo confirmar ante una Notaria, que desde que salimos de la casa hasta llegar a Maiquetía no cruzamos palabras, ella cuando llegamos saca sus maletas , yo sigo a buscar estacionamiento, y cuando regreso ya tenía todos sus documentos listos, entra directamente a inmigración y solo me dio un beso, insípido en la mejilla.
Quedo solo en la casa con su hija y la doméstica, la Sta. va diariamente a la universidad y salía con su novio, sin notificarme nada a mí. Una tarde suena el teléfono, la hija que dormía en la habitación al lado de la matrimonial, grita mamá... siento que tranca su puerta para hablar privadamente, Violeta no tuvo la cortesía de pedirle a la hija que me llamara para también saludarme.
A los ocho días de la referida llamada desde Madison, le pregunto muy educadamente. Gaby, sabes cuando regresa tú mamá? Me responde secamente, no sé!. Esta actitud me dieron a entender que yo no era bienvenido ni importante para Violeta y familia. Cuando recibo un lunes a la domestica, Juana, la saludo y le pregunto, sabe usted cuando llega la señora; ella inocentemente de dijo, llega el próximo lunes.
Decido de inmediato recoger mi ropa, otros utensilios entre ellos mi Tv y mudarme a Los Chaguaramos, casa paternal, donde vivía solamente un hermano. , mi yerno me ayudó en el traslado de la Tv que era muy pesada. Desocupé la casa, le escribí una nota de despedida, y le dejé las llaves del apartamento sobre su mesa de noche. La hija llamó a la mamá y le informa que yo abandoné la casa. Una tarde, 15 días después de su llegada, recibo en mi consultorio una llamada de Violeta para invitarme almorzar en un restaurante de Las Mercedes; asisto y prácticamente quería que yo volviera, le expliqué que no, porque sus actitudes habían violentado mi dignidad seriamente. Nos divorciamos.
Esta crónica no guarda ninguna cronología, es la memoria, la directiva de tales hechos.
Siendo ya médico, asistía con mucha frecuencia al Club Campestre Los Cortijos con mi primo que solía invitarme. Hay una gran fiesta de Carnaval, con la Billos Caracas Boys; asistí con mis familiares y estuve como a la caza y a la pesca, de chicas sin parejas, la encuentro; una muchacha bella, una Venus, se llamaba María Antonia; bailamos todo los sets de la orquesta y se me ocurre preguntarle a María Antonia si quería ser mi novia, me respondió alarmada;"si sólo tengo 16 años" y otras palabras que no recuerdo. No bailé más, me retiré con mis familiares y nunca más la volví a ver o llamar. Pasé nuevamente la página seguí mi vida normal y mi trabajo hospitalario.
Supe que María Antonia, se casó con un compañero de promoción, poco amigo mío, sin llegar a enemigo. Seguí mi vida igual. El colega esposo de María Antonia muere en una intervención quirúrgica,fue lo que me contaron los otros compañeros de estudios. Varios años después, ya adulto de la tercera edad, recibo llamadas de María Antonia; nos citamos en el Centro Comercial Concresa; en verdad no sabía que quería, me encontré con una vieja gorda y no sentí ninguna emoción por ella, olvido completo, escribo ésta crónica a unos diez años del encuentro y más nunca he tenido noticias o llamadas de María Antonia. Volví a pasar la página.
Una prima hermana, que se fue a estudiar desde temprana edad a Norteamérica, Niagara Falls, regresa al país en compañía de tres compañeras, todas venezolanas, y no tenían lo que ellas llamaron "grupo" para salir, etc. Fuimos a una fiesta matrimonial, y me entusiasmé con una de esas muchachas, bella, bien educada, simpática, se llamaba Esther González; de unos 18 años, no tenía novio ni pretendientes, y nos hicimos novios formales casi de inmediato; hablé con sus padres y me aceptaron como tal. Como novios oficiales, yo la visitaba cada que vez que podía; asistíamos a fiestas, cine, paseos, playa. Con dos años de noviazgo serio, no puedo comprender todavía por qué hubo un desamor y terminamos los amores.
Ya graduado de Médico, dos años posteriores al fin de nuestros sentimientos amorosos, trabajaba como Residente de la Clínica Razetti; mi trabajo consistía en tratar las emergencias que ingresaban durante mi guardia, como también asistir a los pacientes hospitalizados por cualquier patología cuando era necesario.
En una tarde de mis guardias, fui requerido de urgencia por la Enfermera Jefe, necesitaba atender en la habitación 312, a una joven operada de apendicitis aguda que pedía la presencia del médico de guardia, :le respondí : nos encontramos en la habitación, llévese por favor el tensiometro, termómetro. Entro a la habitación de la paciente; una hermosa joven , operada por un Cirujano de la Clínica. Encuentro muchas visitas juveniles amigas de la operada, con la educación necesaria profesional pido que me dejen solo con la mamá de la paciente, porque al acto médico es íntimo; sorpresa... entre las visitas estaba Esther,; hice mi trabajo, salude cortesmente al salir y me retiré a mi consultorio.
Muchos años después de esta sorpresa, muere una Tía, sus hijos realizan el velorio en la casa de habitación de unos de ellos. Dejo mi automóvil lejos, no tenia otro sitio para estacionar, cuando subo hacia la casa, viene saliendo del funeral Esther, embarazada como de siete meses me saluda con una sonrisa medio burlona, "mira lo que no hiciste tu, pero otro lo hizo. Desde esa fecha, quizás hace 30 años, no la he visto jamás ni he tenido noticias de ella.
Era Profesor de la Cátedra de Anatomía de la Escuela de Medicina Razetti, de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela con un buen grado académico. Ingresan dos nuevas Profesoras a la Cátedra, muy jóvenes simpáticas, una de ellas llamada Nancy Belloso, muy atractiva. Durante las reuniones de Cátedra, encuentros en los pasillos del Instituto y en el cafetín Nancy y mi persona establecimos una relación amorosa a sabiendas ella que yo era hombre casado. Total, nos hicimos pareja extra oficial, ella seguía viviendo en su csa y yo en la mía; hubo abundante amor físico.; inventé miles de excusas para llegar tarde a mi hogar y salidas fuera de Caracas. . Ese amorío duró siete años, turbulento, incomodo, yo no salía con mi esposa por miedo a que me viera ella o sus amigas y yo no salía con ella por miedo a que me viera mi esposa o familiares. Ella constantemente me pedía el divorcio y casarse conmigo, yo no quería abandonar a mis hijos, Nancy era tracalera, sin escrúpulos, llamaba constantemente a mi casa preguntando por mi y que me estaba esperando para ir a la playa y no había llegado aún, me formaron mis largas y muchas tremolinas. Un día, con decisión, no acepte´ ni presiones ni chantajes, me perjudicaban emocionalmente porque perjudicaban a mis hijos. Terminé con ella y después tuve que divorciarme, pero no abandoné a mis hijos a quienes seguía atendiendo. Fue doloroso para mi abandonar el hogar y dejar de convivir a diario con mis hijos.; un dolor como si me dolieran las aurículas del corazón. Tuve que irme y alquilar un apartamento muy pequeño. minimamente equipado . Decido luego venirme a vivir a la casa de mis padres, casi desocupada y poseía todas las comodidades que yo aspiraba.
Verdaderamente Nancy provocó mi divorcio ; más nunca la vi, luego me llegó el rumor de haberse casado y parió un hijo , quizás hoy debe tener entre 65 a 70 años, y no la reconocería hoy en día.
Durante mi vida profesional fui miembro de la Asociación de Cirujanos de Venezuela; conmigo trabajaba a diario una joven, mujer alta, color canela fina, ojos belicismos que me hicieron recordar la estrofa de un poema del poeta calaboceño Francisco Lazo Martí:"Tus ojos son tan bellos que cuando miran a alguien lo bendicen". Trabajamos a diario juntos, la mayoría de las veces solos, yo no tenía para ese momento pareja fija, Notaba que cuando la llamaba para indicaciones de la secretaría, se colocaba su mano sobre mi hombro; a poco me dí cuenta que me gustaba la muchacha, se había casado dos veces y tenía cuatro hijos; pero su figura no aparentaba que era una madre prolífica. estando como dije anteriormente sin pareja, un día le propuse "empate" palabra que utiliza el lenguaje juvenil, y Xiomara aceptó, tuvimos viviendo 10 años juntos, era educada, simpática, extremadamente honesta, pero tenía un gran defecto, le gustaba beber licor en buenas cantidades. Yo tengo una gran familia, muchos amigos y pensé que no podía presentarme con una mujer alcohólica a sus casas porque estaba seguro que no volverían a invitarme. Me separé de ella de una manera tumultuosa, sin herirla, sin lesiones emocionales, Terminamos y de vez en cuando me llama para preguntarme sobre remedios, so dosis de los mismos, etc. No nos hemos visto más, como siempre paso la página.
La vida tiene muchas rutas y caminos que se entrecruzan con diversos caminos, en unos de esos caminos conocí a Carlina González en una reunión de un Club Rotario. En un momento como dice nuestro pueblo, a primera vista me agradó, era una mujer que para esa época frisaba los 45 años, muy simpática, conversadora, , educada y creo seductora, que le le gustaba llamar la atención en reuniones sociales. Me informó que era Profesora de Física y Matemáticas graduada de la Universidad Católica Andrés Bello, divorciada y con dos hijas; vivía en una Urbanización fuera de Caracas, en una residencia muy bella que fue su nido matrimonial.
Iniciamos una serie de reuniones para ayudarla, con una amiga suya a crear una agrupación social. Muchas veces nos encontramos de manera educada y sin otros fines en el Club sede del Rotary; de verdad fueron muchas las reuniones y como hombre me agradó la señora; una noche la llamo por celular y hablamos nimiedades, de pronto le propongo "empate"; yo era soltero y ya contaba los 70 años. Fue como dice el axioma llanero."más pierde el venado que quien lo tira". Pensé, si rechaza mi proposición estaba preparado para una negativa. Pero aceptó mi requerimiento emocional , jamás , nunca pensé que me aceptara por la decenas de años que nos separaban. Todavía hoy, me asombro que me aceptara como "empate" amoroso.
Reitero, no conozco aún por qué me aceptó. Empezamos unos amoríos bonitos, beneficiosos para mis emociones y recobro varonil; fue muy bien recibido por mi familia y especialmente por los grupos sociales donde asistía, como las invitaciones de los compañeros de promoción médica, porque es muy simpática, extrovertida, y en las reuniones se mostraba muy identificada y le prestaba gran colaboración en la atención del desarrollo de los almuerzos. tanto es así que todavía mis amigos preguntan siempre por ella, amigos, siempre amigos.
Llegó un momento para mí cuando me propuso que cohabitáramos en su apartamento, muy bello, lejos de la capital, fui a convivir con ella y con sus hijas . Puedo asegurar que las jóvenes no me "pusieron mala cara" , hicimos una gran amistad, fecunda, sincera y colaboré incondicionalmente con ellas en todo lo que pude., a una de ellas con frecuencia la llevaba a su colegio, la retornaba a su casa, la mayor de las hijas estudiaba en la Universidad Católica Andrés Bello y poseía su automóvil., ella tuvo un novio de origen peruano que para mi no era una buena pareja para ella por distanciamiento social; tenía un aspecto indiado, nada de belleza corporal física; pero me di cuenta, o creí en ello, que él influía demasiado psicológicamente sobre ella y Carlina hacía lo que proponían. Este joven murió súbitamente sin saber que padecía antes de alguna patología grave.
La narrativa que transcribo a continuación, posee anécdotas históricas que me informó la propia Carlina en momentos de intimidad.
Ella estaba divorciada y no tenía pareja, sus dos hijas eran íntimas amigas de otras jóvenes, mellizas, de padre enchufado en el gobierno actual. Al cumplir los 15 años sus familiares le organizan un gran baile para celebrar el acontecimiento, en el Hotel Caracas Hilton, su nombre de origen. Van ella y las hijas al baile, y Carlina conoce a un tipo - muy amigo de la familia de las morochas - y bailan toda la noche,; hay una frase muy antigua y popular que refiere:"el baile es la expresión vertical de un deseo horizontal" Ese Sr. si recuerdo bien, se llama Juan, se hacen amigos íntimos, hasta llegar a las emociones amorosas del placer físico. Me contó Carlina que ella lo deseaba y él la deseaba; total se hacen pareja, pero apenas esos amores duran unos cuatro meses. Por qué terminó esa relación? ,pienso que el amor se acaba cuando el enamorado solo eres tú. Cuantas soledades no buscan compensación con un encuentro erótico, a veces sin nombre ni apellido. El mundo está lleno de hombres que quieren sexo sin compromiso, una solidaridad sexual únicamente. Toda relación de pareja está basada en la confianza mutua y el mejor remedio para la depresión es el baile y una mujer prefiere que su romance quede en la mayor discreción. Cuento con un sentimiento y opinión, que Carlina no olvidó de forma definitiva a Juan; es también posible que hayan tenido sexo, pero no estaban haciendo el amor; hay mujeres sexualmente abiertas, por no decir aventureras.
También creo, piensa mal y acertarás; que Carlina posterior al finiquito amoroso, llamaba por el celular a su antiguo amor, y éste la invitaba a almorzar y luego el tipo se perdía y no asistía a la cita pautada con Carlina. Sufrí infidelidades psicológicas y no sé si físicas . En una oportunidad, estando yo en la sala de la casa, veo el celular de Carlina y pude leer las palabras amorosas de Juan y la Carlina le enviaba besos especiales. Algo les impidió seguir como pareja. Se lo pregunté varias veces porque terminaron y nunca medio una respuesta certera, razonable, precisa, me dijo "nos dejamos".
En dos oportunidades, también solo en la casa, atiendo una llamada telefónica , era una Sra. alterada, preguntando airadamente por Carlina, le respondí, no está, ella me repregunta, y quién es Ud. , sin titubear le expuse que era un pintor haciendo un trabajo en la casa; la mujer encendida emocionalmente, "dígale a esa mujer que no se meta con mi marido, Esa llamada la repitió dos veces más, guardé secreto médico sobres esas llamadas.
Pero me intriga, por qué no me dijo con claridad el fin de sus amores con Juan. Tener una relación adecuada es esencial para el bienestar del hombre, fue todo intimidad emocional.?
Por muchas situaciones que no importa valorar en esta crónica, nos mudamos a su casa en Caracas, Tuve una grave enfermedad, un mes hospitalizado, sufrí una gran debilidad corporal, ella se comportó conmigo en la enfermedad muy bien.
Yo sentía que nuestra unión había perdido los viejos sentimientos, como cuando lloras a un muerto de la familia y solo quedaba la Ley de la amistad, la nueva la tenía en el corazón....Uno no puede poner vino viejo en botellas viejas.
Estando convaleciente y en su casa, Carlina se enferma de Neumonía y fue necesario hospitalizarla por una semana. Me quede´solo, debilitado de salud, débil, no tenía compañía; un domingo por la tarde me dio una gran depresión y confieso sin atavismos que tuve ideas de suicidio. Le exige a mi hijo que me llevara a su casa para restablecerme completamente, duré un mes con ellos. También quiero que sepan del Altísimo Señor, familiares y amigos que Carlina me invitaba a su casa, salíamos al cine, teatro, conciertos, de paseo y recordé una frase de Juana Inés de la Cruz:" la dolencia del amor no se cura".
Actualmente Carlina vive en España, con sus hijas y demás familiares y hablamos todos los días por el sistema del teléfono celular. El tiempo pasa, los recuerdos se desvanecen, los sentimientos cambian, la gente se va, pero el corazón nunca olvida. Amigos, siempre amigos.
Recuerdos tristes de un pasado alegre.!!!
Julián Viso Rodriguez
julivisorodriguez@gmail.com
Caracas, 9 de septiembre 2020
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