MADALENA.

 La sabana de Guariquito es un hermoso  paraje llanero plano totalmente, lleno de pequeños arbustos y al terreno es lo que llaman los jardineros "grama". Está cerca del río Orituco y cruzado por varios caños y pleno de  árboles llamados marichales, y donde  hay marichales, hay agua.; multitud de fauna; es un paraíso terrenal. 

En esta belleza natural se encuentra ubicado una finca agropecuaria fundada y trabajada arduamente por Don Pedro Martínez; gran llanero, bonachón ,hablador, gusta de contar todas las anécdotas de las vaquerías; conocía su finca rincón por rincón y todos los aldeanos que vivían  cera, Don Pedro les decía que el llano era más allá del horizonte y también era una gran jinete que lo hizo pasar por ese horizonte.

Casó con Doña Lucía Ramirez y procrearon una gran familia; desafortunadamente  Doña Lucía muere por fuertes fiebres palúdicas no tratadas medicamente, sino por los fulanos  brujos de la región con hierbas y toda clase  de pócimas que no mejoraron su salud  y dieron muerte a Doña Lucía, fue enterrada  allí mismo en el Draguito. Los hijos de Don Pedro Martínez  y Lucía: José, Lucio, Ceferino, Magdalena y Julia.; todos   trabajaron a diario para  la ganadería y el conuco así como también en la construcción de su csa de tejas. Por lo menos las hijas no fueron a una escuela, eran totalmente analfabetas y vestían muy sencillo; faldas a la rodilla,  blusas, no usaban sostén y su calzado alpargatas. 

La familia Martínez era muy apreciada  por sus vecinos aldeanos, de Calabozo y Caracas venían visitantes en las temporadas de carnaval y semana santa. Era gente nueva que traían a Don Pedro chocolates una buena botella de ron,  a los  niñas ropa de mujer  de calidad, sobre todo ropa interior y zapatos ; los visitantes traían cavas con hielo, refrescos, cerveza, comida de ciudad y la atención de los Martínez era de gran clase. 

En una semana santa los visitantes caraqueños plenaban la sabana de Guariquito aledaños a los caños con carpas de primera clase y se dedicaban a la caza y a la pesca.  

La familia Martínez recibe una gran visita donde se agregaron dos muchachas caraqueñas que nunca habían  visto llano; su sol luminoso, caliente, fuertes aguaceros blancos y por las noches quedaron maravilladas con un cielo inmenso,  con miles de luces que titilaban, las estrellas, y cuando había luna llena alumbraba toda la inmensa sabana.

Los visitantes hacen entrega de los regalos para toda la familia y durante la noche  frente a la casa encienden una fogata , se sentaban  alrededor de ella y se hablaba de todo, se bebían refrescos, cervezas.

Al día siguiente las novicias viajeras querían ir al caño cercano a bañarse; las mujeres se colocan sus trajes de baño tradicionales e igual que los muchachos; Madalena y Julia se quedan extrañadas  con los trajes de baño; ellas llevaban una pantaleta alta y un camisón ; disfrutaron  armoniosamente la visita al caño; regresaron a la casa a media tarde y cada quien se vistió de manera regular. 

Por la noche entablaron una bellas y amistosa conversación Madalena  y una visitante de Caracas; Chepina, su apodo, esta le manifiesta que vive en un hermoso paraíso, rodeada de una naturaleza ideal para que el  mundo exterior sea preciso para la tranquilidad. Madalena , ya con 18 años encima, le responde: Chepina, quien viene por primera vez a Draguito se enamora del lugar. Yo toda mi vida he vivido aquí, desde la pérdida de mi madre, somos Julia y yo, cocineras,  lavanderas, y responsables del cuido  y aseo de la casa. Cuando te comes una arepa, aquí tenemos que rajar leña, preparar el fogón con el budare, antes pilar el maíz  para quitarle la concha, el nepe, luego calentar los granos, al enfriarse, los molemos para obtener la masa y es cuando hacemos la arepa en leña, eso lo hacemos todos los días y prepararle el desayuno a mi padre con café de leche; la carne seca  remojorla y mecharla y cocinarla. El queso de cincho los hacen mis hermanos, ordeñan, dejan leche para la casa y el resto para hacer quesos para la venta. 

Aquí no hay electricidad, ni ventiladores, todo lo hacemos  mano Julia y yo; no sabemos leer ni escribir, nunca hemos ido a una escuela; somos esclavas  de servicio del hogar, no tenemos radio ni de pilas, para oír canciones, cantamos inventando cuando trabajamos para creer  que estamos en el paraíso. El agua la obtenemos de un molino de viento, el agua para beber y cocinar la llevamos previamente al tinajero para filtrarla. Es un mundo diferente al que ustedes tienen en la ciudad. 

Chepina: y no tienes novio, no aquí no viene nadie y nuestros hermanos son muy celosos, creo porque pueden perder quien los atienda. Cuando siento que va a venir la regla siento ganas  de tener un hombre, abrazarlo, pero... no viene ningún joven, todos están muy lejos. Nuestra ropa es la más sencilla, no usamos  sostén porque no tenemos y por el calor. Julia y yo dormimos en el dormitorio con mosquiteros para evitar ls fiebres  que mi  mamá sufrió y por eso murió.; cada una duerme  con un machete y linterna bajo el chinchorro, por si viene un animal: oso melero, zorros mis hermanos duermen también con una escopeta armada . 

Nosotros tenemos familiares en Calabozo donde pasamos unos días, allí nos ayudan las primas  para llevarnos a la peluquería, al cine, tienen ventiladores de techo,  y por supuesto tienen electricidad. Julia y yo  nos vamos a Calabozos cuando ustedes regresen a pasar dos semanas con nuestras primas que viven sin ser esclavas.  

Cuando las visitantes regresaron dejaron a Madalena y Julia donde sus primas Freites;  fue otra vida, Las rimas inmediatamente las llevaron a una peluquería para lavar, cortar y peinarlas como muchachas  civilizadas. Una de las primas le comentó  que tenía las manos duras como un carpintero, no tenían uñas.  

Las Martínez y las Freitas salían a diario de la casa  para la heladería,  tomar refrescos, a visitar amigas, ir al cine, es decir, diversiones de gente joven.  

Reciben las primas Freitas invitación  para celebrar un cumpleaños de una amiga el sábado. Asisten todas y conocen muchos jóvenes, entre ellos Madalena se percata de un muchacho aproximadamente de 23 a 25 años, que ya le habían presentado, cuando empiezan a bailar, Madalena  queda sola,  jamás ha bailado y el muchacho de nombre Manuel la invita, ella tristemente le cuanta que no sabe bailar, Manuel se sienta a su lado y comienzan un diálogo de muchas historias y anécdotas de la vida en el campo, de la ciudad, ambos se atraen, lo dicen los ojos que no mienten en el amor.  

Al terminar la fiesta, Manuel   se despide cortesmente de  Madalena , pero la invita a comer helados al día siguiente, la muchacha se siente halagada que un joven se fije en ella y acepta la invitación.

Manuel busca a Madalena  y van  a la única heladería de Calabozo, llamada " Helados Polar", cada quien hace su pedido al gusto, refrescos, quesillos y tranquilamente pasan  unas horas placenteras, felices. de pronto Manuel le dice  Madalena, por favor, ve mis ojos y ella le contesta, estoy en eso; Manuel  lanza un impacto fulminante de frente a Madalena; quiero que seas mi novia  oficial, con pretensiones matrimoniales; Madalena queda petrificada, suspira hondo, espera que la turbación mental se  atenué,  y dice casi en susurro: acepto, si lo dices con esa seriedad, necesito hablar con mi hermano José para informarle que no quiero ser más campesina y necesito casarme para formar mi familia, como lo hacen todos los novios; no necesito de su permiso pero si quiero que sepa de mi noviazgo, contigo. Al llegar esa noche se los informó  y con gran seguridad  hablará con José  para que converse con Manuel sobre la promesa matrimonial, espero que no te lesione y acepte lo civilizado que eres, espéralo en tu casa por la mañana.  

José se presentó a media mañana en la casa de Manuel, éste lo recibió cordialmente, siéntate José, si me vienes a golpear yo no haré nada. Te explico: establecí con tu hermana  Madelena un noviazgo como ella te debe haber informado. Tu  estada aquí hoy es para yo responsabilizarme ante tú familia de este proceso.

Mi idea es casarme con Madelena por la Ley y la Iglesia, formar familia, no quiero susurros de nadie  de que yo vivo con Madalena; yo sufrí esa circunstancia  con mi abuelo, viejo alcohólico que nunca se ocupó del trabajo de la finca y por donde pasaba dejaba un hijo  que  irresponsablemente  no los atendió. Mi padre y mi madre me enseñaron   formar familia con gran responsabilidad de esposo y padre, mis planes es casarme  atendiendo como esposa y formar una familia honrosa, concretamente yo  soy hijo único, deseo formalmente  tener  una familia de modo correcto, quiero muchos a mis sobrinos; por lo tanto quiero que sepas por mi la proposición matrimonial , en serio, eso es lo que deseo notificarte.  

Hay que acabar en el llano esa forma de cohabitar una pareja, tener varios hijos y  no responsabilizarse  por su educación, tengo ademas pensado de que Julia viva con nosotros por lo menos un año e inscribirla en la escuela y sacarla del analfabetismo, no será ayudante ni esclava de nuestro matrimonio; una escolar que aprenda lo que debe saber  un ser civilizado, luego ella regresará con ustedes, yo pagaré su educación, pues, ya sabes José de mis intenciones y ahora oigo tus opiniones.  

José: Manuel, me has hablado como un hombre sincero, un varón responsable y no deseo que mi hermana Madalena quien tiene muy buenos sentimientos tenga una vida campesina eternamente. La mujer debe formar familia y casarse  como lo propones, por la Ley y de velo y corona; yo  acepto tu proposición y no me opondré; fijaremos en unos días las fechas  matrimoniales y celebraremos esta unión con toda la familia y amigos la formación de un nuevo hogar.  

Manuel, tengo que irme, pero éste lo detuvo un momento y tomaron un  trago de Ron, se dieron amistosamente la mano, se abrazaron y Manuel añadió, José serás mi cuñado, pero eres hermano de Madalena y por lo tanto también mi hermano. 

Julián Viso Rodriguez.

E/mail. julivisorodriguez@gmail.com 

Carcas,  11 de agosto 2020.









 

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