El Salario del Miedo.

EL SALARIO DEL MIEDO. 

El título de esta crónica corresponde a una película francesa estrenada en 1953, que trata sobre el traslado de una peligrosa carga de Nitroglicerina en un camión por un carretera angosta, llena de dificultades que cualquier choque podía hacer estallar el vehículo transportador con el deceso de sus ocupantes. 

Trataré de explicar el comportamiento de los llamados ministros y "grandes dirigentes" oficialistas y en especial la sumisión verdaderamente vergonzosa  de estos personajes  ante el jefe máximo.Mi explicación se debe a que esos individuos le tienen miedo al presidente, miedo a que los regañen en público, es decir, los humillan, los mancillan, los transforman en ignorantes espirituales, un humano mancillado es sumiso a cualquier cosa por temor a perder el puesto y a no poder cobrar el "salario del miedo". 

El miedo y la adulancia han crecido en estos funcionarios a una velocidad superior al civismo y a la dignidad política y amasan grandes cantidades  de dinero producto de la corrupción; el dinero hace a los hombres ricos y el conocimiento  hombre grandes; ellos cobran  por ese silencio sumiso y el salario del miedo.

Son hombres incapaces de arreglárselas por sí mismo en la vida cotidiana, carecen del suficiente  conocimiento para competir para competir  con otros profesionales de su especialidad, por ese motivo su comportamiento en la vida política los transforma en receptores del salario del miedo. Una vez cuando son despedidos vuelven a la vida de donde salieron, retornan al anonimato profesional y social por todo esto aceptan sin condiciones el salario del miedo, eso representa su costo, por ese mismo salario aceptan que los mancillen.

Los griegos pensaban que la mediocridad era un mal a la altura de la fealdad o la enfermedad y los tribunos eran magistrados elegidos por el pueblo y tenían facultades para proteger a los ciudadanos de las resoluciones del senado.

la inteligencia en mi concepto no se hereda, ni proviene de un tipo especial de espíritu, materia y/o energía; sino de un producto diferente: la información.
Para tener información hay que dedicarle tiempo al estudio, quien no tiene esta dedicación al saber tiene que ser un mediocre y es capaz de aceptar cualquier humillación para cobrar el salario del miedo. 

La inteligencia es una capacidad de alcanzar metas superando obstáculos mediante decisiones que se basan en reglas que obedecen a la verdad. Cualquier asno puede derribar un establo, pero  para construirlo hay que llamar a un carpintero. 
Un ser inteligente está en capacidad  en deducir las consecuencias de lo que sabe, es una parte de su propia  esencia, un mediocre, impreparado, es osado, es como una serpiente que envenenó su alma y se lo llevó; padecen Anosognosia, que son lesiones del hemisferio 
derecho cerebral, y no se da cuenta de las incapacidades que sufren, pero  aceptan cobrar el salario del miedo. 

Estos gerentes oficialistas de la cosa pública tienen extrema vulnerabilidad cerebral que les hace padecer de los mayores males de la Sociedad.+; empobrecen el rendimiento de su encéfalo y les produce carencias físicas y emocional, aún así cobran el salario del miedo.

El alimento del cerebro es la educación, la carencia de educación escolar es mucho más mortífera que una enfermedad infecciosa  y la alfabetización entraña la asimilación y utilización de información. A mayor grado de estudio, generalmente mejor empleo, mayores ingresos, para estos señores de inteligencia artificial no se inmutan para cobrar el salario del miedo. Se aferran a cargos públicos aunque tengan que cometer crueldades, errores inmortales, dedicarse a la sumisión extrema sin temor a lo ridículo, a la humillación por cobrar el salario del miedo. 

Termino con un pensamiento de W.Churchill: "El precio de la grandeza es la responsabilidad". 

Julián Viso Rodríguez. 
Médico / cirujano.
Profesor Jubilado de la U.C.V
E/mail: julivisorodriguez@gmail.com 
Caracas, 17 de septiembre 2019






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