Xiomara,M.A..


XIOMARA M.A.
Su vida dramática.

Amigo lector, hoy voy a relatar una auténtica y dramática historia, triste, verídica y  fui testigo presencial de esta dolorosa narrativa. Me refiero a los momentos más difíciles y críticos que puede  vivir una madre. Xiomara. Fue mi Secretaria cuando yo ejercía  la Secretaría de una agrupación gremial científica nacional.

Se trata de la vida angustiosa de Xiomara, (los nombres designados  en este relato no corresponden con los de la vida real. Cualquier semejanza con personas es pura coincidencia). Nuestra amiga es una joven aproximadamente para su momento de 35 años, mujer con buena estatura, cuerpo con anatomía provocativa, cara permanentemente risueña,  piel canela fina, ojos luminosos que hacen recordar un  poema de Francisco Lazo Martí, poeta calaboceño: “tus ojos son tan bellos que cuando miran a alguien lo bendicen”. Siempre se mostraba risueña, agradable en su interactuar con el público y de una comprobada honestidad; hay un adagio muy antiguo que expresa: “La honestidad del pobre es su riqueza”.

Xiomara M.A. estuvo casada, en sus primeras nupcias procreó a tres hijos; Emilio, el mayor, Dayana, y por último Carlos.  En el matrimonio siguiente nació su última hija, María.

De acuerdo a sus confesiones  a este servidor, de manera íntima, me confesó que sus dos matrimonios fueron desastrosos. Es una lástima porque Xiomara es una joven alegre, expresiva, de buen carácter. En momento de locura tuve unido a ella sentimentalmente. El amor es un sentimiento involuntario con emoción y sentimiento consciente en algunas oportunidades; el órgano que mejor habla es  el corazón, una de las emociones más apasionantes del espectro de la alegría es el amor; se han escrito los amores de Romeo y Julieta, Tristán e Isolda; es una herencia social del humano, el amor siempre tiene un toque de locura.

Como trabajadora es insigne, lo hace bien y necesita la actividad laboral  para mantener a los hijos; los padres, como se acostumbra en nuestro medio fueron irresponsables y nunca aportaron ayuda económica. Emilio, Dayana y María se quedaron viviendo con ella donde la abuela, Carlos se fue con el papá que también tuvo unas segundas nupcias.

Ya tenemos identificados los personajes de nuestra historia dramática. Xiomara deja de ser secretaria de la agrupación científica y consigue sitio para trabajar en una tienda de utensilios del hogar, ubicada en Los palos Grandes. Ella se inicia como vendedora. La tienda abre una sucursal en Santa Mónica y es designada gerente de la misma.  

Toma vacaciones de acuerdo a la Ley del trabajo, cercana a  la Semana Santa, me invita a ir a la casa que   posee su familia cerca de Adícora, Estado Falcón. Arreglamos el viaje, con ella viene en nuestro automóvil, sus dos hijas, una hermana y quien suscribe de conductor. Es una casa rudimentaria, pequeña, para aceptar con comodidad tantos turistas. Mi persona como norma,  me gusta mi intimidad y comodidad, alquilé una pieza en Hotel cercano bastante satisfactorio. 

Pasamos días maravillosos en la playa, realizamos fogatas nocturnas, comida marina y todos los placeres que brindan nuestras playas. Estuvo previsto el regreso a Caracas, el viernes santo con el fin de evitar la congestión de tránsito normal en estos días de Semana Santa. Empezando el día de ese viernes,
recibo llamada de su hermano mayor, Fredy M.A., quien con su esposa Luisa, el hijo mayor de Xiomara, Emilio C.M., de 20 años, una hermana que ellos denominaron de crianza y su esposo  vacacionan en Cumaná donde familiares.
Fredy considera que por ser “cabeza fresca”,  me relata que el hijo mayor de Xiomara, su hermana de crianza y esposo, más dos amigos cumaneses, salieron el jueves en una lancha hacia Coche y Cubagua; durante la navegación explotó el motor de gasolina de dicho vehículo, se incendió y los pasajeros, sin chalecos salvavidas cayeron al mar.  Los muchachos cumaneses, grandes nadadores  fueron los únicos que se salvaron, de la otra parte de la tripulación se dio por perdida.

Se notifica la emergencia a la Capitanía de Puerto, quienes inician las labores de búsqueda, a los tres días solo encontraron el cadáver de la hermana de Crianza cerca de la Isla de La Tortuga, demasiado distante de Coche y Cubagua. Estuve con toda la familia una semana en Cumaná; por motivo de trabajo regresé a Caracas, quedaron en Cumaná la familia de los desaparecidos.

A los quince días de  infructuosas  labores de búsqueda regresaron a Caracas, la tienda donde trabaja Xiomara le concedió todo el tiempo que necesitare para  su recuperación psicológica y espiritual. Le recomendé resignación cristiana.
El psicólogo tratante para ayudarla a recobrarse de la fatalidad, como resiliencia, le aconsejó volver al trabajo y distracción sana.

A los dos años de la tragedia marítima, una noche, cuando planificamos nuevas vacaciones pero al exterior, mi persona recibe una llamada en la noche y una Sra.  que no conozco,  me refiere que el segundo varón de Xiomara, Carlos C.M, se ha  suicidado pegándose un tiro con el revolver de su padre. Nueva tragedia para esta mujer, perdió sus dos hijos varones en dos años.

A pedido de toda la familia y por ser Médico, me pidieron que entrara a la morgue de Bello Monte a reconocer el cadáver. Lo hice, encontré una veintena de cadáveres en el piso de la morgue, con olor horripilante, charcos de sangre y otros líquidos en el piso del local; el hijo de Xiomara era de los pocos cadáveres que estaba colocado en una camilla de dicha morgue. Para mí, Profesor de 30 años de Anatomía Humana, trabajando a diario con cadáveres para la docencia en Medicina, aquél espectáculo, de suciedad, malos olores y la falta de dignidad para las personas que por distintas formas perdieron la vida, juré no entrar más a una morgue. Aquello fue dantesco.

Ustedes están en condiciones de presumir nuevamente los días de traumatismo psicológico que sufrió Xiomara.

El tiempo le apaciguó su dolor, fue resignadamente  soportable. Como buena trabajadora, consiguió empleo como administradora de una firma de portugueses donde se ha desempañado  con  esmero, tiene en ese trabajo quince años y se nota aún golpeada pero la llamada resiliencia ha funcionado muy bien.

Julián Viso Rodríguez
Médico / Cirujano.
Fecha: 12 febrero 2019
Villagarcía de Arosa.
E/ mail:julivisorodriguez@gmail.com



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